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21 sept 2013

Una renovación necesaria

Una renovación necesaria
Hace unos días (para ser más precisos el día que cumplimos 2 años) hicimos la promesa de mantenernos al pie del cañón y seguir con este blog a pesar del tiempo limitado que tenemos. La promesa sigue en pie hoy más fuerte que nunca.

Pero…

Como todo proceso de maduración, y antes de dar el salto hacia otros aspectos más relevantes e imprescindibles, hemos tomado la decisión de “mudarnos” hacia un nuevo hogar.

El equipo de Se Feliz a Toda Costa creyó necesario encontrar un nuevo rincón donde “guardar” todos sus recuerdos y empezar una nueva renovación, como el águila que tiene la dura decisión de renovarse o morir. 

El nuevo blog lo hemos acomodado, acondicionado, renovado y revitalizado con el único propósito de darles una mejor bienvenida, para que su lectura sea más amena, entretenida y, ojalá, más orientadora.

Este blog seguirá aquí para quienes deseen aún visitar las entradas anteriores. Pero solo estará aquí para eso: mantener las entradas antiguas y los enlaces que apuntan hacia esta web. Ya no se actualizará.

El nuevo enlace hacia nuestra página es http://viveysefelizatodacosta.blogspot.com Lo único que aumentó del enlace anterior fue la palabra vive, pues nos pareció más apropiado.

Esperamos que nuestro nuevo rincón les agrade, y les aseguro que seguiremos haciendo mejoras en su aspecto para poder llegar a todos los lectores posibles con el mismo entusiasmo y cariño de siempre.

Desde ya a todos un abrazo grande… Y por supuesto un DIOS LES PAGUE.


12 sept 2013

Somos lo que somos

Somos lo que somos
Somos lo que somos y somos lo que nos permitimos ser. Después de años de vivir para los demás nos damos cuenta que nuestra vida no es la que quisimos tener. Somos casi en su mayoría el descuido del momento, la idea errónea del hijo predilecto, el amigo perfecto, la persona ideal. 

Así nos dejamos etiquetar desde que llegamos a este mundo, y nos convierten en la sensación del momento: “Juanito será Doctor…” “Susana será abogada…” Y te sumergen en ese horrendo mar de sugestiones que poco a poco te va devorando.

En parte eres lo que crees. Crees que eres capaz de subir una montaña y quizás lo hagas, crees que puedes llegar a ser quien quieras ser y seguramente lo harás, pero llega un momento en el que te cuestionas tus creencias y el simple hecho de creer y confiar no son suficiente para fortalecer tu fe. Y miramos atrás y nos vemos viviendo nuestra vida para otros… Por otros.

Y si nos bajamos del tren en el que ellos nos subieron estamos condenados  a enfrentar el terrible dilema de la traición. ¡¡¡Bendita traición!!!

Te abre los ojos a tu propio mundo, te libra de apariencias, te llena de alivio…

Y entonces te prometes que ya no serás el mismo, que harás lo que te haga feliz…

Y descubres que lo que te hace feliz a ti hace infeliz a los demás.


Somos lo que somos… 

4 ago 2013

Entrevista con Dios

Cuándo entenderemos que nunca haremos nada tan grande para que Dios nos ame más, ni nada tan malo para que nos ame menos.

26 jul 2013

Dos años...

Dos años...
Dicen que el tiempo pasa volando, y a veces es cierto. Cuando empezamos esta tarea no nos imaginamos que duraría tanto tiempo. A veces uno se desilusiona con demasiada facilidad. Pero también es cierto que las cosas que uno hace con agrado el tiempo se le pasa volando y ni cuenta nos damos. Más aún si lo que hacemos nos gusta mucho y lo disfrutamos.

Hoy cumplimos dos años de esta tarea. Y en realidad parece que apenas si fue ayer cuando decidimos empezar con estos relatos, que más que frases o poemas de amor, son más bien un anhelo de lo que quisiéramos encontrar en nuestras vidas. Un anhelo vehemente de encontrar una razón que justifique nuestra esperanza, nuestra fe… Para convencernos que aún vale la pena seguir, que no todo es malo en la vida.

Dos años…

Y nos hemos propuestos (les hice que prometieran) que seguiremos unos cuantos más. A pesar de las limitaciones de tiempo que tenemos, lo seguiremos intentando. Por supuesto que hemos de mejorar en muchos aspectos… Pero echando a perder se aprende solía decir mi madre, y lo haremos.

Hoy solo queremos decirles a todos los que puedan leer este mensaje:

Gracias…  Que Dios les pague.


24 jul 2013

Las 8 mentiras de mamá

Las 8 mentiras de mamá
Esta historia comienza cuando era niño… nací pobre.  A menudo no teníamos suficiente para comer.  Cuando teníamos algún alimento, Mamá solía darme su porción de arroz.  Mientras pasaba su arroz a mi tazón, solía decir: “Cómete este arroz, hijo, yo no tengo hambre”.  Aquella fue la primera mentira de Mamá.

Al crecer, Mamá renunció a su tiempo libre para pescar en un río cercano a nuestra casa; ella esperaba que de los peces que pescase, me podría proveer de un alimento más nutritivo para mi crecimiento.  Una vez, cuando sólo había pescado dos peces, hizo sopa de pescado.  Mientras tomaba la sopa, Mamá se sentó a mi lado y comió lo que quedaba en el hueso del pez que me había comido. Mi corazón se estremeció al verla.  Una vez que le pasé el otro pescado, lo rehusó y dijo: “Cómete el pescado, hijo, a mí en realidad no me gusta el pescado”.  Esa fue la segunda mentira de Mamá.

Cuando, para poder pagar mi educación, Mamá fue a una fábrica de fósforos para traer a casa algunas cajetillas usadas, las que llenaba con cerillas nuevas.  Esto la ayudaba a ganar algún dinero para cubrir nuestras necesidades.  Una noche invernal me desperté y hallé a Mamá llenando las cajetillas a la luz de una vela.  Así que le dije: “Mamá, vete a dormir; es tarde, puedes seguir trabajando mañana en la mañana”.  Mamá sonrió y dijo: “Vete a dormir, hijo, no estoy cansada”.  Esa fue la tercera mentira de Mamá.

Cuando tuve que hacer mi examen final, Mamá me acompañó.  Después del amanecer, ella me esperó por horas en el calor del día.  Cuando sonó la campana, corrí a encontrarme con ella… Mamá me abrazó y me dio un vaso de té que había preparado y puesto en un termo. El té no era tan fuerte como el amor de Mamá.  Viéndola cubierta de sudor, le pasé mi vaso y le pedí que tomase también.  Mamá dijo: “Toma tú, hijo, que yo no tengo sed.”  Esa fue la cuarta mentira de Mamá.

Tras la muerte de Papá, Mamá tuvo que desempeñar el papel de ambos.  Mantuvo su empleo anterior; tenía que satisfacer sola nuestras necesidades.  Nuestra vida familiar se tornó más complicada, pasábamos hambre.  Viendo empeorar nuestra condición familiar, mi bondadoso tío, quien vivía cerca a nuestra casa, vino a ayudarnos a resolver nuestros problemas grandes y pequeños.  Nuestros otros vecinos vieron que estábamos en pobreza por lo que aconsejaban a Mamá que se volviera a casar.  Pero ella rehusó casarse de nuevo diciendo: “No necesito amor”.  Esa fue la quinta mentira de Mamá.

Al terminar mis estudios y obtener un empleo, llegó el tiempo para que mi anciana madre se jubilase pero ella siguió yendo al mercado cada mañana para vender algunos vegetales.  Yo le seguía enviando dinero pero ella era persistente y aún me enviaba de vuelta el dinero diciendo: “Tengo suficiente”.  Esa fue la sexta mentira de Mamá.

Seguí mis estudios de maestría a tiempo parcial.  Financiado por la corporación estadounidenses para la cual trabajaba, tuve éxito en mis estudios.  Con un gran aumento en mi salario, decidí traer a Mamá a disfrutar la vida en los Estados Unidos pero ella no quiso molestar a su hijo.  Me dijo: “No estoy acostumbrada a vivir por lo alto”.  Esa fue la séptima mentira de Mamá.

En su vejez, Mamá fue atacada por el cáncer y tuvo que ser hospitalizada.  Como ahora vivía al otro lado del océano, fui a casa a ver a Mamá, quien se hallaba encamada tras una operación.  Mamá intentó sonreír pero yo estaba quebrantado por verla tan delgada y frágil.  Pero Mamá dijo: “No llores, hijo, no me duele”.  Esa fue la octava mentira de Mamá… y diciéndola, falleció.

18 jul 2013

Muchas veces no hacen falta palabras...

En todos nuestros actos, en todos nuestros gestos...  Muchas veces no hacen falta palabras.


Si no se muestra el vídeo, míralo en YouTube


16 jul 2013

La almohada y la frazada

La almohada y la frazada
Hace mucho tiempo, una niña de una familia adinerada se preparaba para ir a la cama. Decía sus oraciones cuando oyó un sollozo a través de su ventana. Un poco asustada, se asomó por su ventana. Otra niña, quien parecía de su misma edad y desposeída estaba parada en el callejón junto a la casa de la niña rica.

Su corazón se identificó con la niña desposeída, ya que estaban en lo más frío del invierno, y la niña no tenía frazada, tan sólo viejos periódicos que alguien había tirado. A la niña rica se le ocurrió una brillante idea. Llamó a la otra niña y le dijo:

“Hey, tú, por favor acércate a mi puerta”. La niña desposeída estaba tan asombrada que solo pudo asentir.

Tan rápido como se lo permitieron sus piernas, la niñita bajó las escaleras hasta el closet de su madre y tomó una vieja frazada y una gastada almohada. Tuvo que caminar lentamente a la puerta del frente para no tropezar con la frazada que colgaba, pero finalmente lo logró. Dejando caer ambos artículos, abrió la puerta.

Parada allí estaba la niña desposeída, visiblemente atemorizada. La niña rica sonrió cálidamente y le entregó ambos artículos a la otra niña. Su sonrisa se ensanchó al observar la genuina sorpresa y felicidad en el rostro de la otra niña. Ella se fue a la cama increíblemente satisfecha.

A media mañana del día siguiente alguien tocó a la puerta. La niña rica voló a la puerta esperando ver a la otra niña allí. Abrió la puerta y allí estaba la otra niñita. Su rostro se veía feliz y sonrió. “Supongo que no querrás estos de vuelta”, le mostró la almohada y la frazada.

La niña rica abrió su boca para decirle que podía quedárselos cuando se le ocurrió otra idea. “No, sí los quiero de vuelta”. El rostro de la niña desposeída se entristeció, pues no era la respuesta que había anticipado. A desgano, dejó los gastados artículos en el umbral y se volteó para irse cuando la niña rica le gritó: “¡Espera! Quédate allí”.

Se volteó a tiempo para ver a la niña rica corriendo escaleras arriba y por un largo corredor. Decidiendo que sin importar lo que la niña rica hiciese, no valía la pena esperar, iba a marcharse cuando vio a la niña rica, cargada con una nueva frazada y almohada. “Ten éstas”, dijo suavemente. La niña desposeída vió que aquella frazada y almohada eran nuevas. “Son las mías” le susurró la niña rica. “Ahora son tuyas”.

Al crecer las dos, no se vieron mucho, pero nunca estuvieron muy lejos la una de la otra en sus mentes. Un día, la niña rica que ahora era una mujer rica, recibió una llamada telefónica de alguien. Un abogado que decía que necesitaba verla en su oficina.

Cuando llegó a la oficina, le dijo lo que había pasado. Hace cuarenta años, cuando ella tenía nueve años, había ayudado a una niña necesitada que creció para convertirse en una mujer de clase media con esposo y dos hijos. Ella había muerto recientemente y le había dejado algo en su testamento. “Aunque”, dijo el abogado, “es la cosa más peculiar. Le dejó una almohada y una frazada”.

Hay cosas en la vida que quizás no tengan mucho precio para algunos, pero para otros pueden ser de mucho significado, especialmente cosas que con amor y comprensión y mucho corazón alguien compartió. Hay mucho que podemos hacer y que podría impactar la vida de otros. Hoy puede ser ese día en que podrías impactar la vida de otro con un gesto, un presente o solo una sonrisa pero con mucho corazón.

11 jul 2013

Trabajar con humildad

Trabajar con humildad

Cierta día un hombre visitó a su consejero y le relató su problema:

“Soy un sastre. Con los años gané una excelente reputación por mi experiencia y alta calidad de mi trabajo. Todos los nobles de los alrededores me encargan sus trajes y los vestidos de sus esposas. Hace unos meses, recibí el encargo más importante de mi vida. El príncipe en persona escuchó de mí y me solicitó que le cosiera un ropaje con la seda más fina que es posible conseguir en el país. Puse los mejores materiales e hice mi mejor esfuerzo. Quería demostrar mi arte, y que este trabajo me abriera las puertas a una vida de éxito y opulencia. Pero cuando le presenté la prenda terminada, comenzó a gritar e insultarme.

"¿Esto es lo mejor que puedes hacer? ¡Es una atrocidad! ¿Quién te enseñó a coser?"

"Me ordenó que me retirara y arrojó el traje tras de mí. ¡Estoy arruinado!. Todo mi capital estaba invertido en esa vestimenta, y peor aún, mi reputación ha sido totalmente destruida. ¡Nadie volverá a encargarme una prenda luego de esto! ¡No entiendo qué sucedió, fue el mejor trabajo que hice en años!”

-Vuelve a tu negocio- dijo el sabio-. Descose cada una de las puntadas de la prenda y cóselas exactamente como lo habías hecho antes. Luego llévala al príncipe.

-¡Pero obtendré el mismo atuendo que tengo ahora!- protestó el sastre. Y se lamentó-. Además mi estado de ánimo no es el de siempre.

-Haz lo que te indico, y Dios te ayudará -insistió el hombre.

Dos semanas después, el sastre retornó.

-¡Usted ha salvado mi vida! Cuando le presenté nuevamente el ropaje, el rostro del noble se iluminó: ¡Hermoso!, exclamó. ¡Este es el más hermoso y delicado traje que haya visto!
Me pagó generosamente y prometió entregarme más trabajo y recomendarme a sus amigos.
Pero, deseo saber ¿cuál era la diferencia entre la primer prenda y la segunda?”

-El primer traje -explicó el sabio- fue cosido con arrogancia y orgullo. El resultado fue una vestimenta espiritualmente repulsiva que, aunque técnicamente perfecta, carecía de gracia y belleza. Sin embargo, la segunda costura fue hecha con humildad y el corazón quebrado, transmitiendo una belleza esencial que provocaba admiración en cada uno que la veía.


Hacer nuestra labor con humildad sin importar cuál sea nuestra tarea, es lo que debe importar. ¿Y tú cómo haces tu trabajo profesional, familiar, personal, etc.. con arrogancia y orgullo, o con humildad en el corazón?

8 jul 2013

Una pesada carga

Dice una antigua leyenda que Dios primero creó aves sin alas. A su debido tiempo, Dios hizo alas y les dijo a las aves: Vengan, tomen estas cargas, y llévenlas con ustedes.
Al principio las aves vacilaron, pero pronto obedecieron. Intentaron levantar las alas con sus picos, pero eran demasiado pesadas. Luego intentaron tomarlas con sus garras, pero eran demasiados grandes. Por fin una de las aves logró levantar las alas sobre sus hombros donde era posible llevarlas.

Poco tiempo después, les comenzaron a crecer y pronto se habían pegado a sus cuerpos. Una de las aves comenzó a mover sus alas y se elevó por los aires. Muy pronto las demás siguieron su ejemplo. Lo que antes había sido una pesada carga, ahora se había convertido en el instrumento que les permitía ir a donde antes no podían, cumpliendo de estar manera el destino para el cual fueron creadas.

Toda situación a la que nos enfrentamos quizá al principio nos parecería que es una carga demasiado pesada. Una responsabilidad que creemos está más allá de nuestras capacidad no es más que la prueba fehaciente de que Dios confía en nosotros y no nos pedirá más de lo que sabe que podemos dar.


Recordemos la historia de las aves y tratemos de hacer nuestra situación un poco más llevadera dentro de lo posible.

5 jul 2013

Perdonar...

Perdonar...
El camino para aprender a amar se hace “Perdonando”, quien desea crecer en el amor lo logra viviendo en el perdón. Perdonar es el camino de la liberación, el que realmente se libera es quien perdona, echando fuera de su alma todo rencor y la venganza que solamente lo envilece y lo consume.

Perdonar a pesar de tener razón y mil justificaciones para no hacerlo. Perdonar cuando te han ofendido y humillado, así se manifiesta la grandeza del corazón. Solamente el que ama auténticamente puede decir  perdono y olvido.

Perdonar es cuando a pesar de haber sido ofendido te atreves a dar una sonrisa de amor. Deja hoy tus rencores, ese recuerdo que anhela ver al que te ha ofendido de rodillas pidiendo clemencia. Deja hoy ese fuego que enciende tu cólera y llena tu ser de rabia y de rencor. Aparta ese sentimiento que tienes cuando ha sido pisoteado tu orgullo y has sido lastimado en lo más profundo, cuando deseas con todas tus fuerzas ver destruido y humillado a quien te ha ofendido.

¿Serías capaz de perdonar a ese amigo que te traicionó, o aquella ofensa de quien tu creías no te podía fallar? ¿Serás capaz de llenar tu alforja de amor y olvido, y salir al encuentro con lo único que le puedes ofrecer: tu perdón? 

Ahora puedes ser libre, perdonar y olvidar, eleva tu alma a aquel que te perdonó y encuentra la paz.

Dios, dame la sabiduría, la comprensión y la fuerza para no darle espacio ni tregua al odio y ser capaz de perdonar y vivir por los demás.

Hoy estoy dispuesto a olvidar, a perdonar… Hoy elijo el camino del amor.

3 jul 2013

La batalla entre el Amor y el Odio

La batalla entre el Amor y el Odio
Hubo una vez en la historia del mundo un día terrible en el que ODIO, que es el rey de todos los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a todos sus súbditos a una reunión urgente. Vinieron de todas partes del mundo. Los deseos más perversos del corazón humano llegaron a esta reunión, con curiosidad por saber cuál era el propósito.


Cuando estuvieron todos reunidos, ODIO se puso de pie y dijo: "Los he reunido a todos porque deseo con todo mi corazón matar alguien". Los asistentes no se extrañaron mucho pues era ODIO quien les estaba hablando y él siempre quería matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre sí quien era tan difícil de matar para que ODIO, los necesitara a todos. "Quiero voluntarios que maten al odioso AMOR, -dijo nuevamente Odio-. Muchos sonrieron, ya que casi todos querían hacerlo de una u otra forma.
 
El primer voluntario fue Mal Carácter. -Yo iré y les aseguro que en un mes, AMOR habrá muerto. Provocaré tal discordia e ira que no lo soportará - les dijo a todos.

26 jun 2013

Confía en Dios

Confía en Dios

Mi madre un día me habló de Dios.
“No te preocupes: Dios te ama y solo quiere que confíes en El. Deja que El se encargue de tus preocupaciones. Cuanto tú hayas hecho todo lo que estaba a tu alcance para calmar tus aflicciones, es hora de dejarlo todo en manos de El. El tiene el poder de dar alivio a nuestra alma.

No te precipites pidiéndole que te llene de riquezas, El solo te dará bendiciones y sabiduría, y es seguro que allí encontrarás riqueza. No trates de exigirle nada pues El te ama y sabe de antemano lo que te hace falta mejor que nadie. A Dios no lo mueve tu necesidad, lo mueve tu fe.

Solo confía en El.

Si piensas que tu carga es demasiado pesada, debes saber que si El creyera que no puedes con ella, no te la habría dado. El sabe que eres fuerte. Y tiene un propósito para ti. No te esmeres por saber más allá del presente. Dale a cada día su propio afán.

Deja que El te lleve de la mano por los caminos de la vida y no tengas miedo, solo confía. Si crees que las cosas empeorarán aún más, confía. El no va a dejarte solo en la angustia y la tribulación. Deja que El vele tu sueño y tu descanso será placentero y reparador.


Solo confía en El”.

24 jun 2013

Hoy me di cuenta

Hoy me di cuenta

Hoy me di cuenta que lo que tanto temo, en realidad solo está en mi cabeza; que muchos de los problemas que me atormentan están sobredimensionados. Me di cuenta que la felicidad que anhelo no se encuentra en las cosas materiales que busco ni en el reconocimiento personal que persigo; que es egoísta y mezquino no solo el que no comparte sino también el que no valora a los demás.  

Hoy me di cuenta que me paso la mayor parte de mi tiempo lamentándome por las cosas que no pude lograr, en lugar de dar gracias por las que sí he podido conseguir, que muchas veces escondí la mano cuando alguien estiró la suya para pedir mi ayuda sin saber que esa era la semilla de mi ayuda futura. Hoy me dí cuenta que el amor que negué ayer me lo negarán a mí mañana…

Pero hoy me di cuenta que aún no es tarde para ser feliz, que puedo disfrutar de caminar descalzo en la arena de la playa de la mano de los que amo; que puedo reír más y llorar menos. Que puedo abrazar más y más fuerte.

Hoy me di cuenta que a los demás no les importa quién soy ni de dónde vengo: me aceptarán tal cual me presente

Hoy me di cuenta que puedo ser feliz sin importar lo que persiga. 

20 jun 2013

Lo que pasó, pasó

Lo que pasó, pasó

Sé firme en tus actitudes y perseverante en tu ideal.
Pero sé paciente, no pretendiendo que todo te llegue de inmediato.
Haz tiempo para todo, y todo lo que es tuyo, vendrá a tus manos en el momento oportuno.
Aprende a esperar el momento exacto para recibir los beneficios que reclamas.
Espera con paciencia a que maduren los frutos para poder apreciar debidamente su dulzura.
No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes.
No revuelvas una herida que está cicatrizada.
No rememores dolores y sufrimientos antiguos.

¡Lo que pasó, pasó!

De ahora en adelante procura construir una vida nueva, dirigida hacia lo alto y camina hacia delante, sin mirar hacia atrás. Haz como el sol que nace cada día, sin acordarse de la noche que pasó. Sólo contempla la meta y no veas que tan difícil es alcanzarla.
No te detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedes hacer.
No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a cambiar.
No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.

Deja que el amor te toque y no te defiendas de él.
Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No sufras por lo que viene, recuerda que “cada día tiene su propio afán”.
Busca a alguien con quien compartir tus luchas hacia la libertad; una persona que te entienda, te apoye y te acompañe en ella. Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona, despréndete de ella y ámala, sin pedirle nada a cambio.

Aprende a mirarte con amor y respeto, piensa en ti como en algo precioso.
Desparrama en todas partes la alegría que hay dentro de ti.
Que tu alegría sea contagiosa y viva para expulsar la tristeza de todos los que te rodean.
La alegría es un rayo de luz que debe permanecer siempre encendido, iluminando todos nuestros actos y sirviendo de guía a todos los que se acercan a nosotros.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas de tu alma, por medio de la alegría, todos los que pasan por la calle en tinieblas, serán iluminados por tu luz.

Trabajo es sinónimo de nobleza. No desprecies el trabajo que te toca realizar en la vida.
El trabajo ennoblece a aquellos que lo realizan con entusiasmo y amor.
No existen trabajos humildes. Sólo se distinguen por ser bien o mal realizados.
Da valor a tu trabajo, cumpliéndolo con amor y cariño y así te valorarás a ti mismo.
Dios nos ha creado para realizar un sueño. Vivamos por él, intentemos alcanzarlo.
Pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizás entonces necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas.
Así, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo haremos.
No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú puedes con ella.

El éxito en la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino.

Tú, y sólo tú, escoges la manera en que vas a afectar el corazón de otros. Y esas decisiones son de lo que se trata la vida.

“Que este día sea el mejor de tu vida".



17 jun 2013

La Ira

La Ira

Se te calienta la sien, los órganos se te comprimen, 
forjando batallas por espacios largos. 
Nace instintivamente, como volcán en erupción 
y te ves impotente, consternado. 
Ya la sentí, ya la sentiste, ya la sentimos. 

Se adueña de tus acciones, 
si te dejas llevar por los impulsos
 y no rompes su ciclo perverso. 
Es egocéntrica y ambigua, 
consume atención en exclusiva,
 no responde a la coherencia. 
Carece de objetivo, lo desconoce.

Es reactiva. Destructiva.

Habla alto, chilla, ininteligible. Indescifrable. 
Impide ver con claridad, reflexionar con lucidez 
y argumentar con cordura
Te conserva en el sendero del aislamiento 
y la soledad, de la miseria afectiva.
 Irrefutable penuria humana.


¿Te dejarás llevar…?

15 jun 2013

Doy Gracias...

Doy gracias...

Doy gracias a los que están y estarán siempre,

A los que tarde o temprano se acabarán marchando;

A los que estuvieron, a los que estarán;

A los que han estado durante muy poco tiempo,

Y a los que han estado desde siempre.


A los que aparecieron en el peor de los momentos

Para convertirlo en el mejor de todos.

A los que desaparecieron

Y sin embargo dejaron huellas tan profundas

Que ni todos los que vendrán podrán borrarlas


A todos ellos… Gracias.

13 jun 2013

Dios y el zapatero

Dios y el zapatero

Cierta vez,  Dios bajó a la tierra para ver a toda su creación y llegó hasta la casa de un zapatero, que vivía muy inconforme.

-He caminado mucho -le dijo Dios al zapatero-. Tengo mis pies maltratados y los zapatos muy maltrechos. ¿Puedes darme unos zapatos para mis pies? Pero no tengo con qué pagarte.

El zapatero miró a Dios y refunfuñó:

Ya estoy cansado que los demás me pidan cosas y no recibir nada a cambio. Yo también tengo necesidades, tengo sueños que no he podido realizar porque no tengo dinero.

Dios lo miró amablemente .

Yo puedo darte todo el dinero que quieres –dijo-. A cambio solo te pido que me des tus piernas.

El zapatero lo miró absorto.

No puedo darte mis piernas –gruñó-. Las necesito para caminar, para correr tras mis hijos por el campo… ¡Definitivamente mis piernas no!

-Entonces, a cambio dame tus brazos.

-¡Claro que no! ¿Y cómo voy a abrazar a mi esposa, a coger de las manos a mis hijos…? ¿Cómo voy a comer?

-¿Qué tal tus ojos?  -ahora Dios lo miro sonriente-. A cambio me darás tus ojos.

-¿Cómo podría darte mis ojos?  Con ellos veo todas las mañanas lo maravilloso que es el amanecer. Puedo percibir el dulce amor de mi esposa y lo hermosas que son las flores del campo. Ahora que lo pienso no me había dado cuenta de todo lo que tengo. Creo que solo te daré tus zapatos.

Dios lo miró complacido. Al fin el zapatero comprendió toda la riqueza que tenía.

12 jun 2013

Sembrar raíces profundas

Sembrar raíces profundas


Tiempo atrás, yo era vecino de un médico, cuyo "hobby" era plantar árboles en el enorme patio de su casa. A veces observaba, desde mi ventana, su esfuerzo por plantar árboles y más árboles, todos los días.

Lo que más llamaba mi atención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Noté después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer.

Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no creciesen, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría.

Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demorarían más para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar para lo más profundo, en busca del agua y de las varias nutrientes encontradas en las capas más inferiores del suelo.

Así, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a las intemperies. Y agregó que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un diario doblado, y que hacía eso para que se mantuviesen siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que tuvimos con mi vecino.

Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo.

Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes.
¡¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!!.

Lo curioso es que aquel era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno. Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento.

Qué efecto curioso, pensé...
Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido.

Todas las noches, antes de ir a acostarme, doy siempre una mirada a mis hijos. Observo atentamente sus camas y veo cómo ellos han crecido.

Frecuentemente rezo por ellos. En la mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de éste mundo... He pensado, entretanto, que es hora de cambiar mis ruegos.

Ese cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos helados y fuertes nos alcancen. Sé que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurran, han sido muy ingenuos. Siempre habrá una tempestad en algún momento de nuestras vidas, porque, queramos o no, la vida no es muy fácil.

Al contrario de lo que siempre he hecho, rezaré para que mis hijos crezcan con raíces profundas, de tal forma que puedan retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles.

Pedimos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos bravamente, en vez de que seamos subyugados y barridos por el viento.


Fuente: Catholic.net


9 jun 2013

El nombre más hermoso...

El nombre más hermoso...
Un guerrero miró a su hija recién nacida. Tan hermosa le parecía que no encontraba un nombre apropiado para ella. Todos le sabían a poco. Al fin decidió buscar lo más valioso del mundo y tomarlo como nombre para su primogénita.

Salió muy temprano, cuando aún era oscuro y pensó "Podría llamarla Silencio, pues es hermosísimo"... pero comenzó el amanecer y el guerrero detuvo sus pasos y dijo: "No, la llamaré Aurora". 

Decidió caminar unas millas más y el día avanzaba mientras a lo largo de su camino el guerrero pensaba en llamar a su hija "Luz, Nieve, Flor, Cielo..." 

Y así recorrió grandes distancias y consultó a muchos hombres instruídos, hasta que finalmente encontró al más sabio de los hombres, que le dijo:

- Tras esta montaña encontrarás a un pastor muy sencillo. Acércate a su casa, espera allí y verás lo más valioso del mundo...

Intrigado, el guerrero se quedó apostado junto a unas rocas y esperó el momento fijando su mirada en la entrada de la casa. Al cabo de unos momentos se abrió la puerta y apareció una niña. El guerrero sintió un escalofrío. La pequeña estaba cubierta de lepra.

En unos instantes, tras la curva del camino, se escuchó la voz del pastor llamando a su hija. El guerrero vio cómo padre e hija, felices, se abrazaban y cubrían de besos. Y así, volviendo a su casa con lágrimas en los ojos, se dijo:

- La llamaré Heoma-nae-sàn ("amor en el dolor")

7 jun 2013

Los tres árboles

Los tres árboles
Había una vez tres árboles en una colina de un bosque. Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas. El primero dijo:

"Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos. Todos verán mi belleza".

El segundo árbol dijo:

"Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré a los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza y mi poderoso casco".

Finalmente el tercer árbol dijo:

"Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de todos los árboles en el bosque. La gente me verá en la cima de la colina, mirará mis poderosas ramas y pensarán en el Dios de los cielos, y cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el más grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordará".

Tras unos años de oración para que sus sueños se convirtieran en realidad, un grupo de leñadores llegó hasta donde estaban los tres árboles.

Cuando uno de ellos vio al primer árbol dijo: "Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero". Y comenzó a cortarlo.

El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros.

El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol: "Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto".

El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino a convertirse en una poderosa embarcación.

El último leñador se acercó al tercer árbol; este muy asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad. El leñador dijo entonces: "No necesito nada especial del árbol que cortaré, así que tomaré éste". Y cortó el tercer árbol.

Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto había orado.

El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños de ser una gran embarcación cargando reyes habían llegado a su final.

El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega.

Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños y esperanzas por las que tanto habían orado. Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al pesebre. Ella dio a luz un niño, y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebé, pero este cajón debería serlo. El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia.

Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual habían convertido al segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. Los hombres despertaron al que dormía, éste se levantó y ordenó al mar y al viento: "¡Calma! ¡Quédate quieto!" y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había llevado al Rey de Reyes y Señor de Señores.

Finalmente un tiempo después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina. Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta que él fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en él.

Cada árbol obtuvo lo que pidió en sus oraciones, sólo que no en la forma en que pensaba. Si pones tu fe y confianza, Dios jamás te abandonará. Cuando parezca que las cosas no van de acuerdo a tus planes, ten la seguridad que Él siempre tiene un plan para cada uno de nosotros.

Sus Caminos no son nuestros caminos, pero sus caminos siempre son los mejores…

27 may 2013

Alimenta la bondad

Alimenta la bondad
En una noche de luna un viejo indio Cherokee le contaba a su nieto
de cómo el Ser Humano vivía entre mundos diversos.

Le decía: “Hijo mío, el Hombre vive disperso entre lo Bueno y lo Malo,
debes saber esto a tiempo: Una batalla en su Ser se libra entre dos Lobos
que requieren atención y alimento a cualquier modo...
Uno de ellos es un Lobo que vive de la Maldad, que se nutre de amargura
y arrogancia a donde va...                                                             
Con toda su alma oscura no se puede quedar quieto, pues vive de la mentira
y se pasa de celos e hipocresía; se viste con mucho acierto y con crueldad y falso orgullo
cubre sus requerimientos... 
Te diré, querido Nieto que todo esto es muy cierto... éste Lobo es peligroso
pues siempre está muy hambriento: te come el Alma a pedazos sin contener el aliento...
No te fíes si lo ves con cara de “Ángel”... ¡No es cierto!!!!!
El otro Lobo es muy manso, su  camino es la Bondad, sobrevive caminando
como un Ser Benevolente... Se alimenta de Esperanzas y de Generosidad, se la pasa correteando
entre la inmensidad de seres necesitados de Amor y de Libertad!... No le gustan las peleas
ni la falta de humildad; le gusta servir a todos y llevarles su Amistad para que todos Confíen
y vivan en Unidad!...
En la mañana se viste con mucha serenidad y en la noches negras brilla cuando habla de Verdad!

El Nieto, por un momento pensó en los Lobos del cuento y después le preguntó
a su Sabio Abuelo indio:           
¿Quién de los dos Lobos vence en éste cuento, Abuelo? ¿Acaso será el Lobo Malo
con sus dientes afilados y su peligroso andar?  ¿O será el Lobo Mansito que a todos quiere cuidar?

El  Abuelo dirigió su mirada al nieto y contestó muy sabiamente:

Los dos Lobos son iguales en Fuerza y Capacidad.  Batallarán en tu Alma sin permiso ni piedad...
El Alimento a los dos sirve de común encuentro, sólo Tú decidirás a cuál de los dos cuidar... 
Vencerá el Lobo al que Tú mayor comida le des, al que tú más alimentes y veas más pronto crecer...!!!


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